miércoles, 8 de junio de 2016

Ushetu, Tanzania, Vigilia de Pentecostés

Ushetu, Tanzania, 25 de mayo de 2016.


Este año decidimos hacer la Vigilia de Pentecostés por primera vez en nuestra misión. Muchas veces nos pasa que tenemos miles de planes, pero no damos a basto, no podemos. Son ideas buenísimas, nos recuerdan a nuestros tiempos de formación, pero acá en la misión hacemos lo que podemos, y el resto lo ponemos en manos de Dios. Algún día, de a poco, y a medida que seamos más misioneros, podremos ir concretando más apostolados. Sin embargo “pole-pole” (piano piano) las cosas se van dando.
Pensamos hacer una vigilia de Pentecostés como lo hemos visto en el Oratorio en Argentina tantas veces. Por eso mismo pedimos que nos enviaran el mismo texto para poder traducirlo. Esa era la primer dificultad. De todos modos nos esforzamos, y si bien debe tener muchos errores, lo logramos. Ya se lo podrá corregir mas adelante, para el próximo año será mejor. Lo importante es empezar, y hacer lo que se puede, y de la mejor manera que podemos… pero no ser perfeccionistas, porque sino no haríamos nada. Esta vez planificamos que la vigilia sería sin la Misa, simplemente una la celebración fuera de la iglesia, y luego una liturgia de la palabra, con alguna reflexión y algún testimonio adentro del templo. Pero ya hemos visto que será mejor el próximo año hacer la vigila con la Santa Misa, si podemos.
Nuevamente, como lo hicimos para la Pascua, nos dividimos el trabajo con el P. Víctor, y yo salí para hacer la Vigilia de Pentecostés en la aldea de Kangeme, y él se quedó aquí en el centro de la misión, que se llama Ibelansuha. Llegué temprano a Kangeme para poder confesar, ya que siempre el tiempo de confesiones cuando vamos los domingos es muy poco, casi nada, en comparación de la cantidad de gente que asiste a la iglesia. Confesé un buen rato… pero mi sorpresa vino cuando me dijeron que habían invitado a la gente para las 9:00 pm. Me pareció tardísimo, sobre todo en estos lugares donde a las 7:00 pm ya es de noche, y la gente tiene que caminar mucho para llegar a sus casas. Pero no me quedaba otra opción, por más que rebusqué en recursos, así había organizado el catequista. Yo ya renunciaba a tener un buen descanso esa noche, porque si se dice a las nueve, nunca empieza a la nueve. Y si la celebración dura una hora, de allí hasta el lugar donde iba a dormir, Ilomelo, hay un viaje de 10 kilómetros, y no se puede llegar y pasar a dormir así nomás, porque no se trata de un hotel, sino que siempre hay que tomarse un tiempito para saludar al líder y todo eso… Creo que estas cosas siempre piden una buena cuota de paciencia.

Los preparativos estuvieron a cargo de los misioneros laicos. Prepararon todo muy bien. Incluso habían insistido a un grupo de jóvenes del colegio secundario que estuvieran presentes para hacer ellos la parte del fuego y las antorchas que representan a la Virgen María y los apóstoles. De este grupo de jóvenes tengo que contarles al menos en dos palabras (nunca serán dos… menos en mi caso). En todos los colegios secundarios católicos y del estado de Tanzania existe un grupo que se llama TYCS (Tanzanian Youth Catholic Students). Tienen su hora de clases para reunirse como grupo católico, tener sus charlas o incluso hacer la celebración de la palabra. En el colegio secundario de Kangeme también están, pero hace mucho que no vamos a visitarlos. El P. Johntin ha ido un par de veces, hace mucho, hace más de dos años… yo todavía no he podido llegar. Pero ellos insistieron hasta que comenzaron a ir los misioneros laicos, y es increíble la respuesta que han dado, muy agradecidos, y con ganas de que vayamos muchas veces mas. Así que esa noche estuvieron, cantaron y bailaron junto con el coro… y hasta prepararon cantos y representación teatral para después de la Vigilia. Al día siguiente, luego de la Misa del domingo, me dieron un regalo de frutas, y un dinero que recolectaron, para pagarme el combustible así venía a verlos al colegio. Es impresionante. Y lo digo, porque son jóvenes, muchos, y están casi solos… aunque no puedo decir “solos” simplemente, porque me se presentaron en la fiesta de Pentecostés, es evidente que ante la ausencia de los misioneros, la obra del Espíritu Santo se manifiesta más claramente. Como escuchábamos en la segunda lectura de ese día: “Nadie puede decir: «¡Señor Jesús!», sino por el Espíritu Santo” (I Co 12,3).
Luego de que terminó la vigilia, me fui en la camioneta para ir dormir en la casa para sacerdote en Ilomelo, como lo hice en Pascua. El catequista Stanislaws vino para acompañarme para que no viaje solo tan tarde en la noche, así que él iba adelante en su motocicleta. Llegamos, y antes de ir a dormir me insistieron que les celebre misa al día siguiente. No estaba planeado. Yo iba a dormir nomás allí, y a la mañana tenía que llegar a Kangeme para confesar otro rato antes de la misa. A insistidores no les gana nadie. Me convencieron, diciendo que la gente llegaba muy temprano. Les creí… aunque me fui a dormir con ciertas dudas de a qué hora celebraría la Misa y a qué hora llegaría a Kangeme. Me fui a dormir a las 00:00, para levantarnos a las 6:00 am. Y mi sorpresa fue que al comenzar la misa a las 7:45 estaba la iglesia bastante llena, y al terminar el Gloria, ya estaba llena completamente. Y eso que no sabían que iba a haber Misa, sino que ellos iban como todos los domingos para la celebración de la palabra que hace el catequista. Se alegraron muchísimo cuando vieron que se celebraba la Santa Misa.
Finalmente salí corriendo, casi literalmente, para llegar a Kangeme. Yo había tomado mis buenos mates al levantarme, y eso me alcanzó para poder esperar el almuerzo hasta las dos de la tarde… “El desayuno de campeones” como nos bromeaba una voluntaria estadounidense al vernos tomar mate todo el tiempo. Llegué, y a pesar de la demora, confesiones. En Tanzania se dice que se puede llegar tarde, pero nunca suspender una actividad. Por eso, aunque se llegue tarde, lo que estaba planeado, se hace… así que: confesiones. Mucha gente en la iglesia, porque planificaron que sea fiesta del todo el centro que congrega seis aldeas.
Nuevamente vi en la iglesia a los jóvenes del TYCS de la vigilia. Me dio mucha alegría ver en el momento de la comunión las caras de muchos de los chicos que habían recibido la primera comunión en Pascua. Muchos de ellos de aldeas lejanas. Y estaban allí, comulgando de nuevo, con mucha piedad, con las manos juntas, como aquél día en que recibieron a Cristo Eucaristía por primera vez. Vi los rostros de la gente que se había acercado a la confesión el día anterior y esa mañana. Y a medida que daba la comunión, una gran consuelo invadió mi alma… y pensé en las palabras de la secuencia que acabábamos de cantar: “Fuente del mayor consuelo… descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas…”. Rezamos muchas veces: Espíritu Santo Consolador; sin embargo, nunca lo había experimentado tan vivamente. Consuelo en el trabajo misionero.
¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE




No hay comentarios:

Publicar un comentario