miércoles, 6 de abril de 2016

Semana Santa en primera persona (1/2)


Posted on abril 6, 2016


Semana Santa en primera persona

Ushetu, Tanzania, 2 de abril de 2016.

En honor de nuestro padre, Juan Pablo II

En un nuevo aniversario de su entrada al cielo.

Siempre desde mi tiempo de seminario me preguntaba qué sería para el sacerdote poder celebrar la Semana Santa, qué pasaría por su cabeza y su corazón. Uno trata de imaginarse, pero es verdad aquello que el P. Buela nos decía muchas veces hablándonos sobre sacerdocio: “ni se imaginan lo que pasa por el corazón del sacerdote”. Mostrando la grandeza de ese misterio, sobre todo en la celebración de la Santa Misa.




Elegimos algunas de las aldeas más grandes, los que llamamos centros, para celebrarles las ceremonias más importantes del Triduo Pascual, aparte de nuestro centro misional. Por las grandes distancias, la dificultad de movernos de noche, la duración de las ceremonias, y los horarios en los que se permite celebrarlas… decidimos sólo hacer todas las ceremonias aquí, y luego una en otra aldea. Nos repartimos el trabajo con el P. Víctor, y manos a la obra.

Comenzamos la preparación remota de la Semana Mayor de los cristianos con dos actividades principales: una reunión de liturgia y la proyección de la película La Pasión.

La reunión de liturgia fue con todos los catequistas, más los líderes y maestros de coro de las aldeas donde tendrían ceremonias con sacerdote. La reunión se hizo en la aldea de Ibambala, y se repasaron todas las ceremonias, con mucha atención. Los catequistas estaban muy contentos, y preguntaban mucho… pensamos que esto puede haber ayudado a que celebren mejor, ya que en todas las aldeas los catequistas hacen celebraciones de la palabra, y para el Triduo Pascual también se juntan el Jueves Santo, el Viernes hacen la celebración de la Pasión y adoración de la Cruz, y el sábado santo una Vigilia. Pero todo sin sacerdote, sin la eucaristía y sin las bendiciones propias del ministro ordenado, sin lavatorio de los pies, etc. La reunión duró casi tres horas, y quedamos que el próximo año haremos un día entero no sólo para ver los detalles de la liturgia, sino hasta para aprender las melodías litúrgicas, para cantar la Pasión el Domingo de Ramos y el Viernes Santo, lo mismo que el Pregón Pascual, y otras cosas. Les gusta mucho que sea todo cantado, y mientras más largo, mejor. Las melodías gregorianas de esos días las cantan muy bien. No todos lo pueden hacer, pero sí varios de ellos.


Y la otra parte de la preparación remota fue que el P. Víctor visitó varias aldeas para proyectar la película La Pasión, sobre todo donde no la habían visto nunca. Allá partió en medio de un gran calor, con el vehículo cargado de todo lo necesario, incluyendo hasta el generador de electricidad (que ya de tanto trajín, se rindió… el generador, digo). En todos lados hubo mucha gente, y todos muy agradecidos por poder tener la posibilidad. Pude comprobar el fruto en varias ocasiones cuando en la confesión les preguntaba si Cristo había sufrido un poco por nosotros… me respondían que no, no poco, sino que sufrió mucho, y sin dudarlo lo afirmaban. Podría contarles algunas anécdotas de esto, como cuando me decía el P. Víctor que en la aldea de Kipungi, en primer lugar estaban los que habían asistido a la Misa, luego llegaba toda la aldea… paganos, protestantes, y si había algún musulmán, también. Eso levantaba notoriamente la temperatura de la pequeña capilla, de techo de chapa, atestada de gente, y con las ventanas del frente tapadas para dar oscuridad… tienen la composición de lugar de lo sacrificado que ha sido. Allí mismo los que pasaban con sus carretas con bueyes las dejaban mal estacionadas al costado del camino, y se detenían a ver algo, si podían asomarse por algún lugar.



En el portal de la Semana Santa hemos tenido el encuentro de jóvenes de la parroquia. Los misioneros y misioneras laicos nos han ayudado en todo, y gracias a eso ha sido posible. Vinieron casi 150 jóvenes, de muchas aldeas. Llegaron el viernes previo al domingo de Ramos, tuvieron sus charlas y actividades mas importantes el sábado, y el domingo luego de la Procesión de Ramos y la Misa, se regresaron a sus casas. Muy admirable verlos llegar de muy lejos en bicicleta… hasta tres horas algunos. Vienen con su pequeño bolso, dispuestos a dormir en el piso, sin nada más que un plástico por colchón. Una de las actividades más bellas fueron las dos procesiones que hicimos, el viernes y el sábado, con la Imagen de la Virgen de Luján iluminada y todos los jóvenes con antorchas.




El sábado participaron de la Santa Misa, hicieron una hora de adoración con meditación guiada, y aprovecharon a confesarse una gran cantidad. Como por ahora sólo yo confieso, aproveché las charlas de la mañana, la adoración, y algunos tiempos libres para estar confesando. La procesión de Ramos, con tantos jóvenes, sumando a los niños y fieles, fue multitudinaria. Probablemente el año próximo debamos hacer la misa afuera de la iglesia.



Es en el Domingo de Ramos que el sacerdote comienza a vivir la Semana Santa en primera persona, porque él mismo representa a Cristo, y ve a toda la gente que eleva sus ramos, los niños que cantan, el coro con sus “Hosanas y Aleluyas”, y las vestiduras rojas… Luego en la Pasión, leyendo exclusivamente las palabras de Cristo. Y renovando en casa Misa las palabras “esto es mi cuerpo”. Y el cansancio a cuestas, y ver la semana que nos espera, de gozo, pasión y gloria. De las almas redimidas, pero a quienes hay que aplicarles esa redención, por medio de los sacramentos… Y el sacerdote asume eso, el misionero ve que por esas almas ha venido.

(Continuará en una segunda parte)








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