martes, 10 de noviembre de 2015

“Dios no muere”


misionesIVE noviembre 9, 2015 Ecuador


Ordenaciones Sacerdotales en Ecuador.



El pasado 19 de setiembre tuvimos la gracia de poder participar en las ordenaciones sacerdotales de los Padres Víctor Guamán, Stiwar Quishpe y Francisco Viñamagua, los tres ecuatorianos y miembros de nuestro Instituto del Verbo Encarnado.

La ceremonia se llevó a cabo en la Iglesia Catedral de Loja y fue presidida por el obispo de la diócesis Monseñor Alfredo José Espinosa, SDB.

Tan solemne celebración se vio enriquecida por la presencia de la imagen de la Virgen María Reina del Cisne, que providencialmente había sido traída esos días desde su santuario a la Catedral.


Para quien vive en Ecuador, quizás le resulte normal, pero para quien no, como es el caso de quien escribe estas líneas, es verdaderamente impactante ver la piedad religiosa de la gente, la mayoría de condición humilde, trabajadora y sufrida, que admirada presenció con mucho respeto y devoción esta solemne ceremonia de ordenación.

Hace pocos meses, en su visita a Ecuador, el papa Francisco percibió también esta religiosidad en los ecuatorianos y se preguntó de dónde le vendría esta gracia a este pueblo latinoamericano. En su encuentro con los religiosos en Quito, el 8 de julio, manifestó que en su oración personal había descubierto que “la receta” de esta realidad había sido la consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús y más tarde al Corazón Inmaculado de María. Nosotros también pensamos que ésta es la respuesta correcta.

En 1873 la República de Ecuador fue consagrada al Sagrado Corazón por iniciativa de su presidente, el Dr. Gabriel García Moreno. Este héroe católico logró en su tiempo de gobernante que Cristo reine verdaderamente en la sociedad. La consagración del país al Sagrado Corazón fue el coronamiento de una singular y magnífica obra de evangelización del Ecuador encabezada por el presidente. Lógicamente obra tan magnánima no fue del agrado de los enemigos de la Iglesia, quienes cobardemente asesinaron a García Moreno el 6 de agosto de 1875.

Cuenta la historia que después de haber sido ser atacado cobardemente a machetazos y disparos a quemarropa, las últimas palabras de García Moreno fueron “Dios no muere”.

Quiera Nuestro Señor que estos tres nuevos sacerdotes de nuestro querido Instituto, manifiesten con sus vidas y en el lugar que les toque misionar aquello que forma parte de la historia de su noble país, la afirmación convencida hasta la muerte de que “Dios no muere”.

Que el corazón de ellos, ahora sacerdotal, se identifique siempre con el Corazón de Jesús, que tanto amó a los hombres y que dio al vida para salvarlos.

Jorge Montagna, IVE

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